Para salvarnos de la muerte, imagínate que todo lo malo que has hecho no importa que tan malo sea, Dios te perdona si sólo lo buscan con el corazón y arrepentimiento. Entiendo que el mundo nos vive juzgando por nuestros actos y nos viven recordando y señalando nuestros errores. Pero Dios no tiene eso para ti. Ve y daña tus heridas, limpia tu presente para que mejores tu futuro y olvida tu pasado. Levántate de esa condena que ya no te pertenece
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